jueves, 5 de junio de 2014

Bendito deporte

Tras meses de inactividad, me apetecía escribir algo, y que mejor marco que el comienzo de un nuevo Mundial de fútbol. en el horizonte.

El recuerdo de lo ocurrido en Johanesburgo hace 4 años aun me eriza la piel, la eterna volea de Iniesta que batiría a Stekelenburg forma parte del sentimiento colectivo de un país y de la historia del fútbol mundial. Son muchas las voces , cargadas de demagogia según mi modesta opinión, las que recelaban de que un país entero con una tasa de paro avergonzante y unos recortes severos en libertades sociales salieran a la calle a celebrar la victoria de un grupo de jugadores multimillonarios. Obviamente para mí era mucho más que eso, para mi era un sentimiento de pertenencia a ese grupo, a un grupo de deportistas que me representa por el mundo de una manera tan exitosa que ya quisiera la clase política que, me guste o no, también me representa de una manera tan calamitosa como ridícula.

Sí es criticable la elección de la sede de este 2014, no me detendré en eso, no considero mi blog un sitio
Visión de un chaval sobre lo que supone el Mundial en Brasil
para ello, pero es evidente que Brasil tiene mil y una carencias fundamentales antes que construir lujosos estadios y acometer infraestructuras faraónicas junto a barrios sin escuela, sin centros de salud o sin una higiene mínima permitida. Ahora bien, lo que no me cabe la menor duda es que la ilusión que se generará en esas zonas tan deprimidas, tan castigadas, serán enormes, al menos durante 90 minutos. La victoria de Brasil, de Costa de Marfil o de nuestro propio combinado no camuflará las verdaderas carencias de nuestras respectivas sociedades, no bajará el paro, no ingresaremos unos benditos euros adicionales a final de mes ni hará que la corrupción disminuya, sin embargo, nos distraerá la mente de todas esas mierdas, si me permitís el término, nos abstraerá durante un breve periodo de tiempo, lloraremos, reiremos, vibraremos por algo tan trivial como 11 tíos dandole pataditas a un balón, apartando de nuestra mente los verdaderos problemas.

Para mí, con eso basta, con que un deporte y una competición en concreto, haga olvidar de manera temporal el paro en España, la miseria en Brasil o el hambre en Costa de Marfil, es más que suficiente. Habrá quien no esté de acuerdo con estas palabras, quien simplemente no llegue a entender lo que digo, tampoco pretendo convencer a nadie. Durante el próximo mes el mundo girará en torno al fútbol sin importar nada más, nuestros problemas no desaparecerán porque gane o no nuestro equipo, tampoco sacaremos beneficio personal de la victoria de nuestro equipo pero durante un mes, todos los locos del deporte de la pelotita seremos un pelín más felices¡Bendito deporte el fútbol!

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