lunes, 3 de enero de 2011

Los ancestros del Dream Team (3ª parte)

Decia Sandro Mazzola, delantero de la Italia del 70 que no sabria decir cual sería el resultado de la final ante Brasil si su equipo no hubiese jugado una agónica y emocionante prórroga ante Alemania en las semifinales. Sinceramente creo que ni aunque hubiese sido Brasil la que hubiese jugado treinta minutos más , el resultado hubiera cambiado, ya que la superioridad brasileña era aplastante.

Comenta el propio Mazzola que el miedo que le tenían a los brasileños era increible y existen imágenes en las que tal hecho se corrobora cuando suena el himno italiano y los once azzurri están completamente petrificados, cosa por otro lado lógica ya que era la primera final en muchos años para los italianos.

El partido comenzó con un cierto dominio de Italia, sin embargo ocurrió lo que todo el mundo esperaba, Pelé logra conectar un cabezazo memorable a centro de Rivelino. Brasil se ponía por delante y  muy pocos dudaban ya de quien sería el campeón.



Sin embargo, la relajación se apoderó de Brasil y fruto de ello , vino el empate italiano obra de Boninsegna, merced a un error de Clodolado en el centro del campo, 1 a 1 y la gran final que comenzaba de nuevo. Sería ahora cuando Brasil tendría que destapar el tarro de las esencias para poder doblegar a una correosa Italia.

El juego de Italia se basaba en marcar al hombre a los cuatro delanteros de Brasil y salir en rápidas contras tratando de sorprender a los sudamericanos, sin embargo, no creyeron oportuno marcar al quinto número 10  de Brasil , Gerson, y ese error les costaría muy caro. A mediados de la segunda mitad Gerson agarró un balón suelto en el borde del área y soltó un latigazo que se coló por la escuadra italiana sin que Albertosi pudiera hacer nada.

Con 2 a 1 y las fuerzas de los italianos al límite tras la extenuante prórroga del partido anterior, Jairzinho logró meter el tercer gol brasileño empujando a la red un pase de Pelé, entrando en la historia como el primer y hasta ahora único jugador en lograr hacer un al menos un gol en todos los partidos de su selección en el  mundial desde el primer partido hasta la final.

Por último el cuarto y definitivo gol resumiría lo que era esta selección. Un total de ocho jugadores tocaron la pelota durante treinta segundos sin que ningún italiano oliera la pelota hasta que el esferico acabó en la banda derecha donde Carlos Alberto, capitán de este auténtico equipazo, logro conectar un derechazo que entró junto a la cepa del palo de la porteria italiana. Un genial broche de oro a un equipo que había logrado jugar a fútbol como nunca antes lo había hecho nadie hasta entonces.

Pocos minutos despues, el colegiado decretó el final del encuentro y Brasil ya era tricampeona del mundo.Este equipo memorable había logrado ganar de manera espectacular su tercer entorchado mundialista, consiguiendo de esta manera la copa Jules Rimet en propiedad. Era el cénit de un equipo que poco tiempo después perdería a su buque insignia, Pelé , que se retiraría de la selección, además la irrupción de la Alemania de Beckenbauer y la Naranja mecánica de Cruyff, impediría que Brasil consiguiera añadir la cuarta estrella a su elástica en el mundial de Alemania de 1974. Dicho acontecimiento no tendría lugar hasta 1994 donde una Brasil lideradas por un tal Romario y un tal Bebeto logró ganar el mundial de Estados Unidos, aunque eso es otro historia que algún día contaremos.


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